Las tareas que realiza el personal de limpieza en un centro de atención a personas en situación de dependencia son las propias de la limpieza como barrer, fregar, limpiar el polvo y sacar la basura, en habitaciones y zonas comunes (camas, baños, ventanales, balcones, mobiliario, etc.)
Se trabaja a turnos (mañana y tarde). Existen diversos modelos organizativos en cuanto a la distribución y duración de los turnos.
Este puesto de trabajo se encuentra bajo supervisión de la gobernanta o del coordinador del centro.
Aspectos ergonómicos:
Los principales problemas ergonómicos en las tareas de limpieza se derivan de aspectos como la postura, repetitividad y fuerzas aplicadas. A continuación se resumen los problemas más destacados:
Problemas relacionados con la postura y la repetitividad:
Barrer: movimientos repetitivos de flexión de brazos y codos y de torsión de tronco; flexión de tronco en el uso del recogedor.
Fregar: movimientos repetitivos de flexión de brazos y codos y de torsión de tronco; fuerza intensa: de empuje al pasar el mocho y de torsión al escurrirlo.
Limpiar papeleras: Flexión elevada de tronco y brazos.
Quitar el polvo: Posturas muy variadas: frecuentes los movimientos repetitivos de mano-muñeca y de flexión de brazos.
Reponer bolsas: Flexión de tronco y brazos.
Limpiar muebles: posturas muy variadas (frecuentes los movimientos repetitivos de mano-muñeca y de flexión de brazos); flexión y/o inclinación de tronco para alcanzar a los lugares más bajos.
Limpiar cristales y puertas: trabajo en alturas y postura inestable; postura de flexión de brazos estática; movimientos laterales de tronco y cuello.
Limpieza de paredes: flexión elevada y repetitiva de brazos; rodillas flexionadas.
Desinfectar: Movimientos repetitivos.
Retirar bolsas de basura: flexión moderada-alta de tronco y brazos y manejo de cargas (en general, no muy elevado).
Fuerzas y manejo de cargas:
Mover muebles y otros elementos para limpiar debajo.
Manipular las bolsas de basura llenas y transportarlas.
Aprovisionarse del material necesario en el cuarto de limpieza.
Escurrir el mocho.
Transportar cubos de basura.
Empujar el carro de limpieza.
Aspectos psicosociales:
Las trabajadoras de limpieza y de lavandería son el colectivo que manifiesta estar expuesto a mayor número de factores de riesgo psicosocial: cierta inseguridad laboral, altas exigencias psicológicas cuantitativas, falta de posibilidades de relación social, falta de control sobre los tiempos de trabajo, falta de estima, falta de influencia sobre el trabajo, falta de posibilidades de desarrollo, escasa claridad de rol, falta de sentimiento de grupo y doble presencia.
De todo ello, los aspectos que manifiestan los trabajadores como más destacados son los siguientes:
Es un trabajo que se valora como caracterizado por unas altas exigencias psicológicas cuantitativas, en lo referente a la cantidad de trabajo que tienen que hacer y el poco tiempo con el que cuentan. En consecuencia, los trabajadores manifiestan que tienen que trabajar muy rápido y que la distribución irregular del trabajo produce una acumulación de tareas en determinados momentos de la jornada.
El trabajo exige, además, un trato directo con los residentes, ya que gran parte del trabajo de limpieza se realiza, en sus habitaciones. Esto hace que las personas encargadas del servicio de limpieza describan su trabajo como "desgastador emocionalmente hablando", debido a la situación física o estado emocional en que se encuentran algunos residentes.
Los trabajadores destacan que es un trabajo muy poco reconocido, ya que normalmente no hay comunicación con sus jefes inmediatos, ni tienen el apoyo necesario por parte de los mismos.
Las tareas en los servicios de limpieza y lavandería suelen solaparse con frecuencia. Muchos trabajadores manifiestan que no saben exactamente qué tareas son de su responsabilidad y cuáles no. Esta falta de definición de tareas, está relacionada con fatiga y síntomas de estrés.
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