Heridas y Hemorragias
 
 
 
 

Heridas

 

Se considera herida leve la que afecta exclusivamente a la capa más externa de la piel, en la que no interviene ningún factor específico de gravedad. Su tratamiento irá dirigido a prevenir una infección:

 
  1. Desinfectar la herida dejándola bien visible, para después limpiarla con agua y jabón y, por último, aplicar un antiséptico.
  2. Vendar la herida, tapándola con una gasa y sujetándola con esparadrapo.
  3. Prevenir la infección (puede ser aconsejable ponerse la vacuna antitetánica).
 

Ante una herida leve no se debe utilizar algodón para evitar dejar restos. Tampoco hay que manipular la herida tratando de retirar cuerpos extraños enclavados en la misma. No deben usarse antisépticos de color ni polvos, cremas o pomadas.

 

Las heridas graves suelen llevar asociada una patología más grave que la propia herida, debiendo limitarse la cura a realizar la primera atención para que posteriormente sea tratada en un Centro Sanitario:

 
  1. Controlar los signos vitales, la consciencia, la respiración y el pulso.
  2. Explorar la herida en busca de deformidades y síntomas de fracturas y hemorragias.
  3. Cubrir la herida con material estéril o lo más limpio posible.
  4. Evacuar urgentemente al herido.
 

Hemorragias

 

Se clasifican en:

 
  1. Hemorragias internas
  2. Hemorragias externas
 

Ante cualquier tipo de hemorragia se debe actuar de la siguiente forma:

 
  1. Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros inferiores elevados.
  2. Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, deteniéndola mediante compresión o torniquete. O si hay signos de hemorragia interna como signos de colapso, palidez, sed, ansiedad, frío y/o taquicardia.
  3. Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento. 
 

Tratamiento:

 
  1. Con el fin de evitar la pérdida de sangre, se deberá efectuar una presión en el punto de sangrado con un apósito limpio durante al menos diez minutos, elevando a su vez el miembro afectado a una altura superior a la del corazón de la persona accidentada.
 

Si se trata de una hemorragia de nariz se efectuará una presión directa sobre la ventana sangrante contra el tabique nasal, manteniéndola durante un mínimo de cinco minutos. Esta operación se realizará inclinando la cabeza hacia delante para evitar la posible inspiración de coágulos.