LOS FALLOS MAS FRECUENTES EN LA EVALUACIÓN DE RIESGOS

01.07.2016 10:21

¿Cuáles son los incumplimientos legales más frecuentes en la gestión de la prevención de riesgos laborales?. Nuestra experienciaen la realización de auditorías de los sistemas de gestión y el análisis de los datos obtenidos durante los últimos 15 años nos permiten tener una interesante estadística sobre los fallos y carencias en este terreno. En este post vamos a referirnos a las no adecuaciones más frecuentes que podemos detectar en la evaluación de los riesgos.

Por su extensión y complejidad uno de los elementos en el que más desviaciones se encuentran habitualmente es en el apartado metodológico. Hemos de aclarar que el método más generalizado para llevar a cabo las evaluaciones por parte de una amplia mayoría de empresas y de servicios de prevención ajenos es el modelo simplificado del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT). Este método se suele aplicar indistintamente para riesgos de Seguridad y de Ergonomía e incluso, en ocasiones, para analizar algunos factores psicosociales. En el apartado de Higiene Industrial es frecuente aplicar los criterios establecidos en cada caso en función de los riesgos y de los agentes físicos o químicos implicados.

Un problema que dificulta la labor de los expertos en la gestión de PRL es que son escasos los estudios específicos, aun cuando en muchos casos se han detectado daños a la salud, por lo que en pocas ocasiones se aplican metodologías concretas. Se puede encontrar en algún caso un análisis de riesgos en tareas de manejo manual de cargas empleando la guía del INSHT o la ecuación revisada de NIOSH, pero es muy poco frecuente el análisis de las posturas (y si se hace lo más habitual es OWAS o REBA) y prácticamente nunca se emplean métodos como el OCRA o el Strain Index para riesgos por movimientos repetidos. En algunas ocasiones se llega a valorar el riesgo, pero sin tener en cuenta la probabilidad y la severidad en la evaluación.

En el caso de factores psicosociales, los métodos más empleados en la actualidad por las empresas suelen ser el ISTAS 21, el método del INSHT, el PSICOMAP y, aunque ya menos frecuentemente, el del Instituto Navarro de Salud Laboral, aunque actualmente está descatalogado.

Las principales no adecuaciones detectadas suelen ser:

  • La evaluación no es extensiva a todos los puestos de trabajo.
  • No se revisa la evaluación de riesgos en los supuestos en los artículos 4.2 y 6 de la Ley 31/1995.
  • En la evaluación no se identifican los riesgos derivados de las tareas no rutinarias, en particular en el caso de personal de mantenimiento o en relación con actividades de especial peligrosidad.
  • No se han evaluado zonas comunes, áreas exteriores o locales o almacenes en los que habitualmente circulan pocas personas.
  • No se han contemplado en la evaluación todos los riesgos. Suelen excluirse los riesgos psicosociales y algunos riesgos relacionados con la especialidad de Ergonomía; en particular, los riesgos que pueden afectar a las extremidades superiores y a la columna lumbar, los riesgos para la maternidad, etc.
  • No se han evaluado los riesgos derivados de la utilización de los equipos de trabajo.
  • No se han valorado ni medido las condiciones lumínicas de los locales de trabajo o las condiciones ambientales.
  • No se han llevado a cabo estudios aplicando métodos de evaluación específicos.
  • Cuando existen, no se han identificado los riesgos biológicos y, si se han identificado, no siempre se clasifican ni se determina a qué grupo pertenecen, conforme se indica en el RD 664/1997.
  • No se ha evaluado el riesgo derivado de la posible formación de atmósferas explosivas o no se mantiene actualizado el informe pertinente.
  • No se indican correctamente las medidas preventivas a aplicar.
  • No se precisan las características que deben cumplir los equipos de protección a utilizar.
  • No se identifica la persona que realizó el informe de evaluación.
  • No se valoran los riesgos en función de los resultados obtenidos de las mediciones.
  • No se tiene en cuenta la posibilidad de que el trabajador que ocupe o vaya a ocupar determinado puesto sea especialmente sensible.